Bienvenidos a la Luna llena y mes de Aries 2025, el primero de los 12 signos del zodiaco y que contiene la semilla de todo el potencial espiritual y la conciencia que podemos llegar a desarrollar para transformar toda nuestra oscuridad en Luz,
Aries, es entonces, la semilla de los 11 signos siguientes, y cada vez que se inicia un nuevo ciclo tenemos la gran oportunidad de redefinir nuestras metas para todo el año astrológico,
Este signo representa a la naturaleza del deseo mismo, manifestado en la necesidad de autoafirmación que surge como respuesta lógica, a la falta de estructura y disolución completa del ego que tuvo lugar en Piscis, el signo anterior.
Podemos decir aquí que el deseo es el motor de todas nuestras acciones sean éstas positivas o negativas, de ahí que lejos de querer suprimirlo o anularlo como afirman ciertas corrientes espirituales ,se lo debe acrecentar, ya que cuando no hay deseos, especialmente los superiores de nuestra Alma, no hay evolución espiritual, o ésta se estanca.
Los deseos de Aries se van a satisfacer a través de Marte su planeta regente, que es la energía misma del deseo, la autoafirmación en la vida y la capacidad del trabajo para abrirnos paso en la vida, a veces teniendo que competir con coraje, arrojo y valentía.
Pero este gran deseo, puede venir a su vez de las dos fuentes o energías opuestas, que disputan por el control de la totalidad de nuestro Ser, que son el ego y el Alma, nuestra falsa y verdadera identidad o esencia.
Los deseos del ego están a su vez originados en el deseo de recibir solamente para uno mismo con el cual vinimos a este mundo, la prueba está en el bebé, que necesita y pide constantemente que le satisfagan su necesidad de Amor, contención y nutrición física para poder crecer.
En cambio, los deseos del Alma tienen que ver también con el deseo de recibir, pero siempre para dar y compartir con los demás todos los dones y talentos que el Creador nos ha dado, y hemos desarrollado con el paso del tiempo en este mundo.
Otros de los deseos de nuestra Alma son el ansia por el conocimiento y la transformación espiritual, el de hacer servicio, y fundamentalmente acceder y conectar a la Luz del Creador a través de la meditación, la oración y las acciones bondadosas que surgen espontáneamente del corazón.
En cambio, cuando nuestros deseos surgen desde la voz del ego, que es una radio que trasmite las 24 horas del día a un volumen muy alto; apagan o hacen inaudible la voz de nuestra Alma, haciendo que lo que queramos recibir será solamente para el disfrute egoísta de nosotros mismos, que seremos los únicos beneficiados, compitiendo con todos los que se interpongan en nuestro propio camino.
Por ello, si la semilla nace de este deseo, sus frutos y efectos serán la impulsividad, la reactividad y la tendencia agresiva y pendenciera de Aries cuando funciona gobernado por nuestro ego.
Entonces hoy debemos plantearnos: ¿con que conciencia y semilla quisiera crecer y desarrollarme el resto del año?
De ahí que el primero y gran regalo de este mes y nuevo año astrológico en su totalidad, es transformar el deseo de recibir solamente para uno mismo, en el deseo de recibir pero para dar y compartir, fórmula que resume en sí todo el trabajo espiritual, y en segundo lugar, procurar que nuestros deseos sean gobernados por nuestra Alma y no por nuestro ego.
Y hay un test sencillo que permite saber de donde vienen nuestros deseos, y es preguntarnos: ¿esto que deseo, me va a beneficiar solamente a mí o también a otros?
Desde el punto de vista de la Astrología espiritual el zodiaco está formado por doce signos o “hitos” que representan cada uno distintas necesidades o niveles de evolución de la conciencia, que van entonces desde Aries (el mayor deseo de recibir y la menor conciencia), hasta Piscis: el de menor deseo de recibir para sí mismo y el de mayor nivel de conciencia alcanzable aquí en la Tierra.
Veamos ahora en esta luna llena 10 ayudas o “tips” con que contamos para hacer este trabajo espiritual, recurriendo a Libra, el signo opuesto y complementario a Aries:
1-Tener en cuenta y registrar que el otro tiene necesidades y deseos tan valederos como los míos, para no ser impulsivo tanto en las acciones como en nuestras reacciones, ya que éstas podrían causarnos graves perjuicios dentro del ámbito de las relaciones y el crecimiento espiritual.
2-Aprender a armonizar, negociar y a conciliar nuestros deseos con los de las personas con quienes nos relacionamos, tanto más si son del ámbito familiar.
3- Aprender de Libra el arte de la cooperación y colaboración con el otro que tanto nos cuesta; suavizando con cortesía las maneras toscas e impulsivas, ya que en el mundo no estamos solos, y nuestra libertad de acción tiene límites cuando comienza a perjudicar o a invadir el territorio ajeno.
4- Aprender a restringir los deseos puramente egoístas, ya que el libre albedrío que nos otorgó el Creador no es para hacer “lo que se nos de la gana”, sino para convertirnos en seres más dadores, generosos y comprensivos.
5-Terminar con el juego favorito del ego: el “yo-yo”; el dame, dame, dame: observando si no abusamos de nuestra necesidad ariana de auto-afirmación por encima de los demás.
6-Aprender a transigir, lo cual no implica tener que renunciar siempre al propio deseo, sino buscar un acercamiento o una tercera opción, ya que en todas existen grises y las cosas no son solamente blancas o negras: “hoy por ti y mañana por mí”.
7-Utilizar el valor y el coraje de Aries para transformar el propio egoísmo, ya que eso es “ser verdaderamente un adulto”; dejando la comodidad de lado, los caprichos y los berrinches propios de nuestro “niño” interior.
8-Aprender a poner límites “con amor”, de manera firme, pero sin enojarse; ya que solemos ser demasiado duros con quienes tenemos que ser blandos, y demasiado blandos con quienes tenemos que ser más duros.
9-Ver y revisar dentro nuestro las “excusas” que nos llevan a no compartir como ser: no tengo tiempo, estoy muy grande para eso, no tengo ganas, quizá más adelante y otras.
10-Usar a Marte, el planeta regente de Aries y dios griego de la guerra, para batallar no contra nuestros “enemigos” externos, sino contra los internos; como ser la bronca, la impulsividad, la agresividad, los celos y la envidia; recordando que es más fácil entrenar y hacer un esfuerzo físico que batallar contra solo una de estas emociones negativas.
Dos conclusiones y reflexiones finales:
–Aprovechar al respecto en esta luna llena y durante todo el mes de Aries, todas las oportunidades de dar y compartir, para transformar nuestro egoísmo primario en Luz.
–Solo así podremos hacer de este mes una oportunidad única de cambiar nuestra naturaleza instintiva, ya que si bien fuimos creados con este inmenso deseo de recibir, el propósito final es convertirlo en recibir sí, pero siempre para dar y compartir.
Y esta es la única forma de que podamos dar un paso adelante que nos convierta en los seres más “humanos” y menos impulsivos que necesita nuestro mundo, a fin de que brille con toda su intensidad y fuerza la Luz del Creador en él…
¡Que tengan una hermoso mes y luna llena de Aries!