Luna llena de Piscis

Bienvenidos a la luna llena de Piscis, la última que culmina este año astrológico, por ser Piscis el doceavo signo que cierra el mandala zodiacal, y por ende, un ciclo evolutivo más para la humanidad; recordando aquí, que cada uno de los 12 signos, representa un escalón más para la evolución de nuestra conciencia, que busca elevarse siempre, desde la obscuridad hacia la Luz…

Así tenemos que el proceso evolutivo humano comienza en Aries, el signo con mayor deseo de recibir para sí mismo y culmina en Piscis, el del mayor deseo de dar y compartir; siendo todos los signos intermedios, hitos para el crecimiento y evolución de nuestra conciencia, cuya misión es justamente aprender a recibir, pero siempre para dar y compartir…

Y esto lo vamos a entender desde el símbolo de Piscis, que representa dos peces enfrentados espalda con espalda, pero con una cierta separación entre ellos y que está recorrida en su punto medio por una línea horizontal que los une irremediablemente, a fin de que puedan aprender a convivir el uno con el otro…

Uno es el pez del ego, situado a la izquierda y que posee el coraje y el valor del fuego para enfrentar al mundo físico, y otro el pez del Alma situado a la derecha, que representa al Agua que da generosamente las bendiciones y la Luz que obtiene del mundo espiritual a los demás.

Y cuando nacemos, nuestra Alma usa al cuerpo y al ego, pero para trascenderlo y hacer este trabajo progresivo de amar incondicionalmente a nuestro prójimo como a nosotros mismos, y sin esperanza de recibir nada a cambio…

Aquí se ve la evolución del Amor en los tres signos dadores y de Agua del zodiaco: Cáncer, el primero, representa al amor materno; Escorpio al amor de pareja y Piscis el último, al amor universal a Dios y a toda la Creación.

Piscis estuvo gobernado y representado hasta fines de 1846 por Júpiter, que le otorga al signo sus capacidades expansivas de bondad, mansedumbre e interés por los viajes físicos y mentales que elevan la mente hacia los confines del universo y de la Creación, y luego de esa fecha por Neptuno, el planeta de las “m”, agregándole misticismo, misterio, la vastedad del mar, de la meditación, la oración y la misericordia…

Y no es casualidad que en esa época se descubriera la anestesia y se inventara la iluminación a gas, ya que Neptuno no solo rige al agua y a los mares, sino a los gases y a todo lo que no puede “asirse” o contenerse por su naturaleza expansiva e infinita.

Así juntos, Júpiter y Neptuno, definen entonces a Piscis como como el signo de mayores posibilidades de expansión de nuestra capacidad de evasión de la realidad aparente en la que vivimos;  rigiendo de manera positiva a todos los intentos de conectarnos con la Luz del Creador como ser la oración, la meditación y el servicio, esto por un lado; y a todas las bellas artes que sumadas a la fotografía y al cine, nos “transportan” dulcemente a mundos imaginarios, también y por el lado negativo, a las evasiones forzadas de la realidad como ser las adicciones al alcohol, la droga, al juego y otras…

De ahí que esta luna llena no solo debemos trabajar para elevarnos espiritualmente; ser empáticos, misericordiosos, comprender amar incondicionalmente y perdonar a nuestro prójimo, sino para superar nuestras debilidades, flojedades, apatías, tristezas, depresiones y locuras, que son los grandes defectos de Piscis cuando funciona mal.

Esto revela la gran dificultad del pisciano para enfrentar el mundo físico en que vive con el coraje y el valor del pez de la izquierda, y a una expansión desequilibrada de sus facultades imaginativas y fantasiosas, que lo hacen vivir en un mundo ficticio y completamente alejado de la realidad…

De ahí que sea necesario el contacto con Virgo, su signo opuesto y complementario de esta luna llena, que le puede dar por su naturaleza de tierra, ese contacto con la realidad cotidiana para que no se eleve y se pierda como un “globo de gas” en los confines del universo; aportándole lógica, discernimiento entre lo que es real y lo que no lo es, y un poco más de capacidades lógicas, analíticas e inductivas, para traerlo “a tierra”, como cuando uno tira del hilo para volver un barrilete del cielo a la tierra.

Y esta es una lucha constante, ya que Piscis tiende a elevarse y Virgo a permanecer en a tierra, a fin de que el agua de Neptuno no “disuelva” la tierra de Virgo como una ola que barre el castillo de arena que tanto nos costó construir…

Veamos ahora algunas sugerencias para equilibrar ambas energías:

Que le puede enseñar Virgo a Piscis:

-A estar más en la realidad y menos en la ficción confusa del signo.

-A prestar más atención a los detalles que hacen a la evaluación de cada situación.

-A no ahogarse en el torbellino de los vaivenes emocionales.

-A evaluar de forma realista las relaciones y amistades, sin hundirse por querer ser el “salvador” de todos.

-A no victimizarse, asumiendo la responsabilidad por la propia vida y por el trabajo que le corresponde hacer, tanto a nivel laboral como consigo mismo.

-A tener ideales claros y no utópicos o confusos.

-A no evadirse y meterse “hacia dentro” por medio de las adicciones, en lugar de enfrentar con coraje y con valor las dificultades que le tocan vivir.

-A no idealizar tanto los vínculos ya que pueden terminar en desilusión o en sentirme victima de abusos por parte de los demás.

 

Veamos ahora que le puede enseñar Piscis a Virgo:

-Que el servicio y el perfeccionamiento de sí mismo no sea simplemente para “ser mejor” sino para ayudar a los demás, esto significa poner más “corazón” en su camino espiritual.

-Que “estar sano” no es un objetivo en sí mismo para sentirme mejor, sino para poder ayudar a los demás.

-A tener mayor compasión y empatía con el sufrimiento ajeno.

-A ser menos criticón y tan exigente de perfección consigo mismo y con los demás.

-Que volverse la versión perfeccionada de sí mismo es ilusoria ya que el único perfecto es Dios.

-A prestar atención a los detalles, pero en función del Todo al cual pertenecemos.

-A dar descanso a la constante “rumia mental”, las preocupaciones, angustias y pensamientos negativos de Virgo.

-A encontrar satisfacción emocional en el trabajo poniéndole más “Amor” a lo que hace.

-A aceptarnos y tratarnos con más dulzura que de costumbre.

-A curarnos más por el servicio y el amor incondicional, en lugar de depositar tanto tiempo, confianza y energía en médicos y remedios que nos encierran dentro de nosotros mismos y en los propios problemas, aislándonos de los demás.

En conclusión:

-Tenemos en esta luna llena la oportunidad de aprender a servir desde el Amor y no por el mero interés del ego de ser más buenos o mejores que los demás; buscando todas las oportunidades que nos da Piscis para contactar con el Creador, como ser las artes y la belleza universal que nos rodea; de nosotros depende este trabajo que nos garantizará terminar y “coronar” como se debe este año astrológico y dar inicio a un nuevo ciclo pleno, y con una mayor conciencia, en la próxima luna llena de Aries…

Que así sea y tengan un hermoso mes y luna llena de Piscis!

 

 

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