Luna llena de Leo: significado espritual

Bienvenidos a la Luna llena de Leo!

El pasaje de Cáncer hacia Leo, pone a nuestra conciencia ante el gran desafío de abandonar los mantos protectores de la familia, para poder emerger de ella como individuos adultos, maduros y creadores.

Esta diferenciación va a definir a Leo como el signo solar por excelencia, que puede hacer brillar todos los dones y talentos que recibimos del Creador a fin de que iluminen al resto de la sociedad.

Y si bien sabemos que esto es importantísimo y necesario, existe una razón más profunda aún; y es que Leo  representa fisiológicamente a nuestro corazón, de ahí que el trabajo más importante de este mes y esta luna llena sea abrirlo para poder amar más a nuestro prójimo como también a nosotros mismos, ya que si no nos construimos primero no tendremos nada para ofrecerle a otros.

La sabiduría milenaria de la Kabbalah afirma que el secreto que el corazón conoce, la mente es incapaz de comprender y la boca es incapaz de pronunciar.

Esto quiere decir que el sistema del corazón llega a lugares de amor inalcanzables para la mente y sus facultades lógicas de estudiar y comprender, aún la sabiduría espiritual o trascendente; en donde un acto de amor o de renuncia a algo propio para satisfacer las necesidades de otra persona es superior también a todo lo que se puede pronunciar con vanas promesas y palabras…

Usualmente creemos que la mente y el corazón están unidos pero no es así; ya que los límites de la primera se lo impiden, y lo que el corazón abierto es capaz de hacer, a la mente le resulta imposible de alcanzar.

Entender esto nos da la clave más importante para este mes y luna llena de Leo, ya que a veces es más fácil amar a nuestra pareja, padres o hijos que a la gente que nos estorba, molesta o nos obliga a darle nuestro tiempo o dinero; en donde el asunto no es el acto en sí, sino hacerlo a “corazón abierto” y con la mejor disposición y buen voluntad, también en el amor o el servicio hacia el Maestro o hacia la institución espiritual de la que formemos parte.

De ahí que no se trate de ver cuán mal va el mundo, la injusticia social o la contaminación ambiental para decir que ya no tiene solución o que va cada vez peor, sino que el cambio global vendrá cuando cada uno de nosotros, individualmente, nos empujemos a través de las oportunidades diarias que se nos presenten, a amar más y a dar más de nosotros mismos a quienes estén realmente a nuestro alcance, que es en definitiva a la humanidad m{as pr{oxima que podemos inspirar, estimular y enaltecer…

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