Luna llena de Cáncer

¡Bienvenidos a esta nueva Luna llena de Cáncer que tiene la particularidad de caer en el último grado de este signo e inaugurar el mes de Leo, marcando una transición y salto cuántico para nuestra conciencia!

Habíamos hablado el mes pasado de que Cáncer gusta sentirse cómodo, nutrido y protegido en el hogar familiar ya que necesita de los cuidados y del afecto del grupo de pertenencia, y que si bien esto es bueno durante la infancia, termina impidiéndole desarrollarse y crecer hacia la madurez, que le permitirá a su vez formar su propio hogar y aprender a responsabilizarse y sostener a otros.

Pero cuando surge en este seno canceriano un ser que comienza a destacarse por algún don o talento en particular, es esa misma particularidad la que lo llevará tarde o temprano a querer “brillar” y sobresalir de su grupo de pertenencia, surgiendo así en la conciencia la “semilla” del signo siguiente de Leo.

Y es así que se delinean las primeras virtudes de este signo regido por el Sol, que nos confronta con una gran prueba: DAR LO MEJOR DE NUESTROS DONES Y TALENTOS A LA SOCIEDAD, en medio de un marco que establece una primera DIFERENCIA con el entorno que lo rodea., diferencia que lo confiere AUTORIDAD, DON DE MANDO y PRESTIGIO a semejanza del Sol, a cuya sombra, giran los demás planetas del sistema solar.

Y la otra gran prueba para el leonino es aprender a DAR sin esperar recibir aplausos, adulación, afecto o reconocimiento.

De ahí que este signo regido por el Sol cuando funciona bien, acciona como él: da cada día su Luz a todos por igual, a imagen y semejanza del Creador que es la energía dadora pura y dadora por excelencia que nos creó para poder recibir esta fuente de plenitud y bendiciones.

También surgen en la conciencia, y para ser superados, los primeros defectos del signo, que son la vanidad, la soberbia, el autoritarismo, la prepotencia y uno muy frecuente: el narcisismo o “apego” a la propia imagen de éxito.

Pero el destino, si no sabemos controlar estos defectos, hace que el rey se pueda quedar sin reinado o sin súbitos que lo adulen, ya que todo poder, don o talento puede ser temporario por varios motivos, a semejanza de los actores, presidentes, políticos y otras autoridades, que pueden pasar de la fama al descrédito de un momento a otro, siendo para ellos lo más temido que les pueda llegar a pasar.

Esto sucede porque todo lo que sea “imagen” pertenece a nuestro ego, que busca siempre la gratificación inmediata, a diferencia del Alma que se sustenta en virtudes trascendentes, que no son otras que las del mismo Creador, que da su Luz a todos por igual, con bondad, generosidad y amor incondicional, que no busca recibir nada a cambio.

Es así como en este signo encontramos además de autoridades a una gran variedad de artistas y docentes de corazón, que enseñan desinteresadamente lo que saben a los demás.

Vamos ahora a profundizar en nuestra capacidad leonina de Dar, distinguiendo entre el falso dar del ego, y el dar verdadero o transformador de nuestra Alma:

Características del falso dar:

El falso dar es dar es cuando el enfoque está puesto en mí  y no en los demás: esto es dar con con interés o “agenda” oculta, ya que lo hacemos para recibir afecto, atención, honores, admiración o reconocimiento.

Es el que no da y se justifica postergándolo con argumentos del ego: mañana, cuando tenga, ahora no puedo, estoy muy cansado, no tengo tiempo, o daré cuando tenga suficiente dinero.

Cuando doy para aparentar, presumir, querer que se sepa o sentirme más poderoso que el otro: en ese caso es mejor no dar.

Para sentirme bien, para eximirme de culpa por no dar, por ser “bueno” o mejor persona o porque dar es un mandato educativo, ético o moral.

Es dar por lástima o para hacer un favor, sin saber que el primer beneficiado del poder dar y compartir lo que tengo es uno mismo.

Características del dar verdadero o dar transformador:

Es cuando el enfoque está puesto en los demás y no en mí.

Cuando no es cómodo y requiere de nuestro esfuerzo, ya que nos obliga a salir de nuestra zona de confort, especialmente cuando es inesperado, no tenemos ganas, estamos cansados o no pensábamos dar.

Es dar para abrir mi corazón a la oportunidad de hacerlo, sin ponerme en juez de lo que hará el otro con lo que doy, ya que no somos nadie para saber, juzgar, criticar o evaluar la situación por la cual está pasando la otra persona.

 A veces es “no dar” si la persona que recibe se acostumbra a pedir y no hace ningún esfuerzo para generar sus recursos, de aquí surge el dicho que “mejor que dar un pez es enseñar a pescar” y capacitar a una persona para que resuelva sus problemas por sí misma.

Es ver que necesita el otro y anteponerlo a las propias necesidades.

Por ello dar y ser trasmisores de sabiduría espiritual es la forma más elevada de Dar, ya que ese conocimiento lo ayudará para toda su vida y no meramente para satisfacer una necesidad básica momentánea.

En conclusión: damos para ser más espirituales, entendiendo que ser espiritual es esforzarme por cambiar mi naturaleza receptora en una naturaleza dadora.

 Para ilustrar lo que es el poder de dar cuando Leo funciona bien, he aquí una pequeña historia:

Contó una vez un sabio maestro kabalista, llamado el Baal ShemTov, que hace mucho tiempo y en una lejana comarca, el hijo del Rey se perdió por el camino.

Sediento y hambriento, llegó a un campo en el cual había un pastor que pastaba a sus ovejas. Cuando éste lo vio, se dio cuenta por las ropas que llevaba que no podía ser otro sino el hijo del rey, y se esforzó todo lo que pudo por darle el máximo honor posible y ayudarlo de acuerdo a sus posibilidades.

Pero como no tenía una mesa en el campo, tomó un trozo de tela y lo colocó sobre el césped; y en lugar de la silla, colocó una frazada. Tampoco tenía para darle de comer manjares ni delicias, pues solo tenía la comida simple que comían los pastores.

Trayéndole agua del manantial, le dio todo lo que necesitaba para que pudiera continuar su camino, despidiéndose cálidamente de él y deseándole todo lo mejor.

Cuando logró finalmente regresar al palacio, sus amigos realizaron un gran banquete en su honor. Sin embargo, al recordar la bondad que había hecho aquel buen pastor para con él, ordenó que primero lo trajeran y que solo luego comenzarían a disfrutar juntos del banquete.

Así hicieron y lo sentaron a su lado, brindándole el príncipe especial atención y grandes honores. Al finalizar el banquete, se acercaron los amigos del príncipe y le preguntaron: ¿Acaso es más importante para ti el pedazo de tela y la frazada que colocó el pobre pastor sobre el césped, que todas las telas de seda, oro y plata que nosotros colocamos ante ti para este banquete?

Y él les contestó: por supuesto que su pedazo de tela y la frazada fueron más importantes para mí, pues él me dio todo lo que tenía…

Moraleja:

La Luz del Creador no nos mide según lo que tenemos, sino según aquello que damos a nuestros semejantes y a todas las instituciones valiosas para las cuales es importante dar, recordando que dar es la causa de recibir, y recibir el efecto de dar.

¡Que tengan una excelente Luna llena y mes de Leo!

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