El signo de Cáncer ocupa en la rueda de los 12 signos el punto más bajo del zodiaco y es semejante a una semilla que comienza a germinar bajo tierra o un ovulo recién fertilizado, de ahí su analogía con la gestación, el embrión, la maternidad y la suavidad, blandura y protección que necesita dicho óvulo para desarrollarse y crecer en búsqueda de la Luz.
Otra de sus características es que es el primer signo de Agua del zodiaco, representando este elemento a la naturaleza emocional y sensible del ser humano, recordando los inicios del mismo con el fuego necesario de Aries para encarnar en este mundo, la tierra taurina para alimentar y constituir un cuerpo físico y el Aire de Géminis, el signo precedente, para darse a entender con los demás.
La fase Cáncer del desarrollo humano indica la necesidad de sentirnos cómodos, nutridos y protegidos primero con nuestra madre y dentro del hogar y la familia de pertenencia, pero luego y ya de adultos, esto se suplantará por la pertenencia a la “madre” patria, religión, filosofía de vida, institución o grupo humano que represente esta necesidad de seguridad y protección.
De ahí que la Luna, el planeta que rige al signo de Cáncer sea la encargada de obtener en el lugar que ocupe dentro de la carta natal esta seguridad emocional básica, en cambio el Sol representará el lugar donde podremos desarrollar nuestra voluntad y conciencia individual.
Por ello el Sol en Cáncer representa en esta luna llena el inicio de un viaje que va desde buscar sentirnos cómodos, seguros y contenidos hasta Capricornio el signo opuesto y que hoy ocupa la Luna que tratará de sostener, nutrir y trabajar duramente para el bienestar de quienes ya hemos formado una familia.
De ahí que el tránsito de Cáncer a Capricornio sea uno de los matices evolutivos más importantes de la vida, y que nos mostrará en qué lugar estamos dentro de esa escala.
Por ello la primera reflexión de esta luna llena es en qué áreas de mi vida soy un niño aún que reclama con sus berrinches que lo nutran y lo protejan por un lado, y por el otro, si pude crecer y pasar a sostener, alimentar y cuidar de otros, saliendo del mundo cálido y blando del hogar para enfrentar la realidad dura e inexpresiva del mundo circundante.
Otros aprendizajes que develan los misterios de la luna llena de Cáncer son:
-No dejar que las emociones nos desborden, ya que en este mes, así como en Leo y Capricornio, el cosmos carece del filtro o velo protector necesario para protegernos de la intensidad vibratoria de estos signos, que nos llegan en estado más puro, así como la capa de ozono nos protege de la intensidad de los rayos solares.
-Tratar de inyectar unidad y amor a todos los que nos rodean, ya que nuestra humanidad constituye una gran familia, y es a través de nuestras emociones y el sistema sensible en general, en que nos volvemos reactivos a quienes piensan y sienten distinto.
-Observar en que medida la caparazón con que nos defendemos de quienes atentan contra nuestra seguridad emocional, no termina separándonos más del resto, ya que animalito que representa a Cáncer es un cangrejo; duro por fuera pero blando y sensible por dentro.
-Eliminar todo tipo de odio consciente o inconsciente; ya que cangrejo en arameo se dice “sartán” que es un compuesto de dos sílabas: sar (eliminar o remover) y tan (odio).
-La célula, unidad fundamental canceriana de la vida siempre trabaja en unidad; formando moléculas, tejidos y órganos que cumplen con las diversas funciones corporales que necesitamos para que nuestro cuerpo funcione en armonía, y cuando se subleva y se expande por su cuenta atacando a otras se origina la enfermedad que lleva el nombre de este mes y cuya gestación se debe justamente al caos, el odio y la separación entre los seres humanos.
-Por ello y para concluir, trabajemos en equipo siempre buscando la unidad y la armonía aún en medio del disenso natural por nuestras distintas formas de pensar y sentir, trabajando con la responsabilidad de capricornio por el bien, cuidado y sustento de todos los que nos necesitan; solo así podremos transitar este largo y apasionante camino de ser niños a convertirnos en adultos que sean capaces de dar y compartir los talentos y dones característicos de Leo, nuestro siguiente signo, desafío y peldaño evolutivo…