Rosh significa cabeza, y shaná del año; y coincide con el inicio del mes lunar de Libra.
Y para entender mejor de que se trata esta festividad podemos decir que Libra, la balanza; representa el juicio celestial por nuestras propias acciones realizadas el año anterior.
Pero dicho juicio no se refiere a una “castigo” divino o a un “premio” por ellas, sino simplemente a asumir la responsabilidad por el estado actual de nuestras vidas, que puede ser caótico o bendecido con abundancia, felicidad y plenitud.
Por ello se dice, que en estos dos días se decide si tendremos un nuevo año más de vida, entendiendo por vida verdadera a la capacidad de dar más de nosotros mismos a los demás, haciendo que el platillo del compartir con generosidad incline la balanza superando al platillo del recibir solamente para nosotros mismos.
Y hay un dato más: en Pesaj, la luna llena de Aries fue creado el mundo; en cambio en Rosh Hashaná fue creado el hombre como el único ser de la creación que “puede” ser consciente de sus propios actos de acuerdo a su evolución y trabajo espiritual…
De ahí que Aries y Libra, como primeros signos de la mitad inferior y superior del zodiaco; representen al deseo de recibir solamente para sí mismos y al de dar y compartir, registrando y tratando de satisfacer las necesidades del otro antes que las de uno mismo…
Por ello es importante que la conciencia de este mes sea inaugurar la segunda mitad que va desde Libra hasta Piscis, saliendo del encandilamiento y el narcisismo con uno mismo, para transformarnos en seres más dadores que demandantes de atención, admiración y cariño…
Hoy y mañana son entonces juzgados por nuestra propia conciencia con juicios severos, los actos que causaron graves perjuicios en nuestros semejantes; luego con juicios “blandos” los más insignificantes o pequeños actos de egoísmo personal.
Y si queremos tener un nuevo año mejor, el trabajo espiritual consiste en que nos tracemos nuevas metas que no sean solamente para el orgullo y vanagloria de nuestro ego, sino para el brillo de nuestra Alma, que se regocija cada vez que compartimos lo que mejor sepamos dar y hacer por los demás.
Solo así la balanza de Libra nos prometerá un año nuevo y dulce, como lo representa el símbolo de la manzana y la miel, de lo contrario seguiremos padeciendo las consecuencias de nuestros actos reactivos e impulsivos que en vez de acercarnos, nos alejan de los demás.
Y para finalizar cada uno sabe como están los platillos de su balanza, de ahí que se nos de hoy, una y otra vez la oportunidad de crecer y transformar todas nuestras oscuridades en Luz.
Les deseo un año nuevo de conciencia, plenitud, bendiciones y renacimiento espiritual en esta mitad exacta del año zodiacal; y que podamos redirigir nuestras vidas hacia lo que verdaderamente importa y lo único que llevaremos como “haber” de este mundo, que es, lo que hicimos por el bien de los demás…