Por una extraña paradoja la Luz se revela súbitamente en medio o después de una gran oscuridad, ya sea en lo personal como en lo social.
Y por vivir en un mundo dual no puede existir luz sin oscuridad, ni el día sin la noche; ambas se suceden regularmente pero con la salvedad que la primera es permanente; en cambio la oscuridad se asocia a la carencia de Luz y termina con ésta; como la de una sola vela que puede iluminar el cuarto más oscuro.
Y la Pascua es la transición desde la oscuridad, llamada muerte, ego, limitación o carencia, al reino de la luz, al reino donde brilla el Alma humana con todas sus virtudes de Amor, generosidad, bondad y plenitud infinitas…
En Pesaj, la pascua judía, el pueblo de Israel, estaba preso de la esclavitud de Egipto, que es un símil histórico de la esclavitud de nuestro ego que nos mantiene “atados” a los deseos y placeres momentáneos como ser la aceptación, la fama, el éxito, el dinero, el poder, y todo aquello que es perecedero y que una vez conseguido nos ata a seguirlo manteniendo…
Y esto sucede porque nuestro ego es insaciable y nos hace creer que somos nosotros los hacedores de tales méritos, cuando sabemos realmente que son dones que generosamente la Luz nos ha regalado al momento de nacer.
Y una vez liberados de estas esclavitudes, podremos entrar en la “tierra prometida” de nuestra Alma, tal como la historia nos lo cuenta, y cuyo valor no es rememorar un hecho que ocurrió hace milenios, sino poder cada uno liberarnos de las esclavitudes personales y colaborar así con la elevación de la conciencia de la humanidad en su conjunto.
Y con respecto a la pascua cristiana, la palabra pascua significa “la muerte pasa y no toca”; por ello la resurrección de Jesús y su victoria sobre la muerte; análoga a la judía, en donde tras la décima plaga fueron muertos todos los primogénitos del faraón a excepción de los hogares de los hijos de Israel, entonces esclavos, que irían a formar parte después del éxodo de todo un pueblo hacia la Luz y plenitud de su creador.
Hoy en esta noche celebramos entonces en la Luna llena de Aries el triunfo de la Luz sobre la oscuridad, y de la Vida verdadera sobre la muerte; pero para que ello tenga lugar debemos hacer el trabajo espiritual sincero de ver en que áreas de vida seguimos esclavizados; pidiendo de corazón que nos sea dado el coraje y el valor de Aries para romperlas y aspirar a que nos entre y penetre la Luz de nuestra Alma, a fin de ser canales de bondad en este mundo que tanto lo necesita…
Que tengan una muy feliz pascua!