Voy a referirme hoy al misterio de la cruz de signos mutables integrada por los signos opuestos de Géminis -Sagitario y Virgo- Piscis, y a su relación con el acopio, selección, enseñanza y aplicación práctica del conocimiento espiritual a la vida.
Géminis, el primero de los signos mutables y por ser de Aire, representa nuestra curiosidad natural por el conocimiento trascendente; ya que este nos ayuda a ser mejores personas y a dar y compartir lo mejor de nosotros mismos con los demás; de ahí que represente al discípulo que busca “informarse” y saber “un poco de todo”, pero sin llegar a comprender o a poder profundizar en lo que lee o intenta investigar.
En Virgo, y por ser un signo de Tierra de naturaleza práctica; aprende a “separar” lo que sirve de lo que no para su desarrollo espiritual; comenzando una etapa de “purificación” tanto en su psicología básica como en su cuerpo físico; pero esta “propuesta de superación” para ser “más perfecto”, es más una convicción mental que algo sentido realmente desde el corazón.
De ahí que en este estadio, el discípulo comience la larga y difícil tarea de alimentarse mejor, respirar correctamente, hacer yoga u otras disciplinas similares, utilizando su cuerpo y su mente para servir a un ideal, a un Maestro, institución o causa espiritual, que afine con su búsqueda interior.
En Sagitario, este proceso virginiano de descartar lo que no sirve culmina con la selección, asimilación y síntesis de todo lo que pudo experimentar en los caminos y lugares espirituales por donde anduvo, aplicando valiosas experiencias para su vida.
Y es en este momento que quizá elija una una creencia, filosofía de vida, religión, camino místico o ciencia simbólica, que le otorgue una cosmovisión “casi definitiva”, (porque el conocimiento es infinito), que pueda enseñar a otros convirtiéndose así y muy de a poco, de discípulo en “Maestro” espiritual.
Y la única diferencia es que él ya ha recorrido el sendero, por eso puede enseñárselo y mostrarlo a los demás con entusiasmo y dedicación, por ser Sagitario un signo de Fuego, intermediario entre el hombre y la sabiduría de Dios…
Y por último llegamos a Piscis, el único de estos cuatro signos del elemento Agua y de profunda naturaleza compasiva y emocional; en donde pasamos de la sabiduría a la acción (ya que compasión es amor en acción), y en donde la ideología alcanzada en Sagitario es puesta en práctica a través del amor altruista, sacrificado y renunciante por los demás…
Y esta es la razón por la cual Piscis, como el último de los doce signos del zodiaco, representa la culminación del proceso de individuación y la conciencia máxima de unión o de unidad con los demás alcanzable aquí en la tierra; en donde el perdón y la comprensión suprema de las faltas y errores propios y ajenos se hacen realidad de manera natura, y no forzada por una propuesta solamente mental de perfeccionamiento de sí mismo.
Y es por ello que finalmente triunfará el amor; ya que nadie puede evolucionar solo y el hombre necesitará siempre de la relación con un otro para alcanzar a verse a sí mismo en forma completa, trascendiendo e integrando así la dualidad de los opuestos…
Y en este largo camino de llevar el conocimiento a la práctica convirtiéndolo en sabiduría; Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis cumplen cada uno y a la perfección el propósito evolutivo que el Creador les ha asignado dentro de la cruz mutable, que es nada más ni nada menos que la recopilación, selección, síntesis y práctica de la sabiduría que el hombre necesita para convertirnos así, y muy progresivamente en una humanidad mejor…