Bienvenidos al mes de Leo, el quinto del año de este signo regido únicamente por el Sol.
Y es por esta razón, que Leo es el único de los 12 signos que es regido por una “estrella” y no por un planeta, de ahí que tenga la potencialidad de “brillar” y revelar todo el potencial espiritual que vino nuestra Alma a desarrollar.
El Sol representa a la energía que nos da vida, a nuestra conciencia como individuos únicos y “separados” en apariencia de los demás, de ahí que el signo de Leo sea “el rey” de todos ellos; confiriendo prestigio, autoridad, talento, creatividad y don de mando, así como el “león” su símbolo, es el rey de la selva.
Los Leo evolucionados representan a la autoridad dadora, generosa, leal y bondadosa; es decir, a la imagen del padre celestial que da su luz constantemente la veamos o no y a todos por igual, logrando a través de ello ser humildes; virtud difícil de encontrar en los nativos de este signo.
Y sus grandes defectos a corregir para llegar a lo anterior, son el orgullo, la vanidad, la soberbia, el creerse “dueños” de sus talentos espirituales y artísticos sin considerar que son simplemente “dones” otorgados por el Creador, el necesitar súbditos que lo adulen y lo sigan, el enamorarse como “Narciso” de su propia imagen reflejada en el estanque, y el considerar que los demás están en deuda con él por “todo” lo que les da.
También le cuesta compartir su trabajo en equipo y pasar desapercibido, ya que no acepta “órdenes” de nadie, debiendo aprender de su signo opuesto “Acuario” lo que es dar de sus talentos y dones a la sociedad y sus instituciones de bien público, sin querer recibir algo a cambio, sea esto aceptación, cariño o aplausos por su aparente “bondad” y carácter benefactor.
Por ello los aprendizajes mayores de este mes de Leo son: compartir con generosidad realmente desinteresada; “formar” personas a través de sus grandes atributos docentes para que sus talentos no mueran con él; aprender a escuchar y a no decidir por los demás, por mejores intenciones que tengan y finalmente que él no es distinto al común de los mortales, ya que está aquí para aprender a Dar de corazón para poder así corregir su Alma.
Solo así podrá inspirar a otros a seguir su camino, sin coerción y la imagen del Maestro Espiritual verdadero, fuente y canal de luz de los mundos superiores…