Todos partimos de presupuestos, fundamentos y certezas básicas que le dan sentido a nuestra vida espiritual; algunos son intuitivos y heredados de nuestra Alma y otros los vamos construyendo con el tiempo en base a aprendizajes, experiencias y conocimientos que aprendemos de los grandes maestros espirituales.
Veamos ahora de todas ellas, cuales serían esas certezas básicas para que nuestra vida adquiera sentido y plenitud:
Tengo certeza que:
En la vida nada ocurre por casualidad sino por un motivo de aprendizaje para nuestra Alma.
El hogar en que nací, los padres que tuve y todas mis relaciones, sea familiares, filiales, amistosas, y de pareja son exactamente las que necesita y sigue necesitando mi Alma para proseguir su camino, aprendizaje y evolución espiritual.
Existe un poder superior, llámese Dios, la luz del creador o como quieras llamarlo que gobierna al mundo y a todo el universo a través de leyes universales inmutables y perfectas.
No existen experiencias buenas o malas, sino que todas sirven para crecer.
Los momentos de oscuridad, crisis, problemas y dificultades son la antesala de grandes revelaciones y cambios para la vida personal.
El dar es la causa del recibir y la única fuente de plenitud y felicidad.
Ningún cambio verdadero puede provenir desde fuera de nosotros.
La transformación personal y el incremento de nuestra conciencia es la única manera de lograr un cambio global en el mundo…